El Padre Guilherme parece haber encontrado la fórmula para que los jóvenes se acerquen a la Iglesia: una mezcla de fe, fiesta y beats. A sus 51 años, este sacerdote cambió la homilía por el techno y llenó clubes en México, su público más fiel. Entre luces, mezclas y energía juvenil, el mensaje es claro: la espiritualidad también puede sonar fuerte. Respaldado por sus obispos y por la visión del Papa Francisco, Guilherme rompe esquemas: bendice en plena pista, habla de unidad y demuestra que la g

Culto evangélico y católico: diferencias y enfoques